1.-Introducción
La comunidad
ornítica de las zonas esteparias de Extremadura, hábitat éste que representan
enclaves tan emblemáticos como los que se hallan en las comarcas de La Serena
(Badajoz) o los Llanos de Cáceres-Trujillo (Cáceres) entre otras, se
caracterizan por su riqueza ornitológica, dado que en ellos viven especies
únicas que causan la admiración de amantes de las aves, como la avutarda, el sisón, el alcaraván, la carraca, el
abejaruco, así como un gran número de rapaces no menos representativas, como el
halcón peregrino, los cernícalos vulgar y primilla o el aguilucho cenizo.
Algunas de estas
especies se han habituado a vivir en medios antropógenos, como los vencejos,
golondrinas, cigüeña blanca, cernícalo vulgar, y especialmente el primilla,
además de mochuelos, lechuzas, autillos y otras rapaces nocturnas.
Todas estas
especies se alimentan de una no menos numerosa comunidad de invertebrados, de
algunos de los cuales hablaremos aquí,
en lo que pretenden ser apenas algunas pinceladas adornadas de impresiones
personales, frutos de unas vivencias en que los miembros de esta amplia
comunidad faunística formaban parte de la vida cotidiana de cualquier pueblo o
pequeña ciudad extremeña, pero advirtiendo en todo caso que no pretende ser
estudio científico de clase alguna.
Antes de
adentrarnos en detallar algunas las relaciones entre estas especies no podemos
dejar de intentar situarnos en ambiente…
2.-Ambientándonos
a)En el mes de
Junio, si no anteriormente, los rigores del sol del fin de la Primavera y de
principios del Verano comienzan a dejarse sentir por casi toda Extremadura,
agostando los pastos y secando los escasos cursos de agua.
La vida parece
bullir por todas partes, sin embargo, pues los inquietos y ruidosos vencejos
han aparecido ya, las cigueñas sacan adelante a sus pollos que en breve
volarán, etc.
Cebando a su pollo muy pequeño. Cuando sus crías crecen no es infrecuente que las cebas consistan en gran cantidad de ortópteros que capturan en los pastos agostados. |
Pollos de cigüeña blanca en su nido. |
Juvenil: su pico carece de las tonalidades rojas de los adultos. |
Pronto darán sus primeros vuelos. |
Un pequeño halcón
urbano, el cernícalo primilla, alimenta ya freneticamente a sus dos, tres ó
cuatro pollos por nidada, algunos de los cuales ya se aventuran fuera del nido
a pesar de que les falta no poco para volar, y a pesar de que todavía muestran
una librea caracterizada por su blanco plumón infantil. Ambos consortes ceban
incesantemente, a veces cada pocos minutos, entrando y saliendo del nido.
Pollos de cernícalo primilla en sus primeras salidas fuera del nido. |
Las presas
aportadas suelen ser invertebrados, como escolopendras, grillos, saltamontes,
chicharras, pequeños reptiles y roedores… hasta pequeños pájaros...
Portando lagartija para cebar a sus pollos. |
Roedor. |
Sin embargo, a
partir de un determinado día algo ha cambiado: El macho de cernícalo primilla
comienza a aportar grandes ortópteros, grandes langostas, y otro tanto hace su
consorte: ha empezado la época de los, localmente, llamados “langostos”. A partir
de ahora, casi el 100% de las presas serán estos grandes insectos, de color
generalmente pardusca, dotados de grandes élitros, que normalmente los
primillas llevan ya desnucados y muertos, mostrando dichos élitros
desordenadamente desplegados bajo la presión del pico del depredador.
Los grandes insectos constituyen las presas mayoritarias del cernícalo primilla, especialmente durante la ceba a sus pollos. |
Macho se dispone a cebar: la presa es un grillo de matorral (Decticus albifrons) |
b)Los alrededores
de Trujillo pueden englobarse, en su casi totalidad, dentro de la categoría de
zonas estepáridas, de vegetación herbácea, que ya en Junio vemos agostada y
amarillenta.
Me dirijo, por un
camino vecinal asfaltado, que parte del cruce con la carretera
Plasencia-Trujillo y concluye en Monroy. A no muchos kilómetros de Trujillo
pueden verse gran número de aves típicas, en una época ya, mediados de Julio,
en que la mayoría de los juveniles se han emancipado o están en proceso de
emancipación de sus padres. Paso por zonas con gran abundancia de aguilucho
cenizo, cernícalo vulgar y primilla, milano negro… La temperatura es alta, y en
la carretera observo un gran número de grandes insectos, ortópteros, langostas,
los aquí llamados “langostos”. Paro el automóvil en un camino, y entonces
reparo en que los hay a docenas entre la vegetación. De la hierba agostada
parte un murmullo que, a poco que se repare, resulta provenir de estos grandes
insectos moviéndose entre la vegetación. En la vegetación arbustiva, retamas
principalmente, los langostos trepan por las ramas. De cuando en cuando vuelan
de un punto a otro. Acabarán posándose en las ventanillas del coche, en el
parabrisas y, si llevas las ventanas abiertas, se te acaban metiendo dentro.
Los postes de los cercados, en las horas de más calor, aparecen llenos de estos
impresionantes ortópteros, que parecen situarse en las zonas de sombra para
librarse de las altísimas temperaturas. La abundancia es tal que lo convierte
en un espectáculo que impresiona al observador.
Llama la atención
su aspecto, sus alas, su facilidad para volar, la fuerza de sus mandíbulas (que
en alguna ocasión he tenido la oportunidad de probar en mis carnes al tratar de
capturarlos, pues viéndose acosados no dudan en morder), pero aquí no acaba
todo… Tanto o más impresionante es la legión de aves que hacen de ellos su
principal fuente de alimento: avutardas, cigueñas blancas, milanos real y
negro, aguiluchos, carracas, alcaudones, ratoneros, cernícalos vulgar y
primilla…
Impresiona,
ciertamente, ver a los milanos negros en los bordes de las carreteras
lanzándose a capturar a los que vuelan de matorral en matorral o a los que
acaban posados en el asfalto, o atropellados por los automóviles… En los postes
de las cercas, montones de hierba segada, postes de la luz o teléfono, se
cuentan por decenas los aguiluchos cenizos, los milanos negros, las carracas… a
la caza y captura del invertebrado. Impresiona ver cientos de éstos
atropellados en el asfalto, siendo a su vez devorados por sus propios
congéneres o por las aves, especialmente las más oportunistas como los milanos
negros, que llegan incluso a capturarlos ya muertos en la carretera.
Diríase que, más
que maldición bíblica, estas langostas son un auténtico maná, si no del cielo,
sí de la tierra.
Y para el amante
de las aves y de la Naturaleza en general, un espectáculo digno de ser visto…
Pero unos cuantos kilómetros más allá… cuatro o cinco, ya no se ve nada, hasta llegar a otro
punto caliente, entre Santa Marta de Magasca y Cáceres, donde el espectáculo se
repite…
c)La captura de
estos “langostos” y su suelta en los alrededores de las colonias de los
cernícalos primillas, me han proporcionado oportunidad de estudiar el vuelo de
caza de esta rapaz, que no dudaba en lanzarse en rápido picado para capturarlos
en pleno vuelo, haciendo gala de un dominio del vuelo excepcional, evitando con
graciosas piruetas que el insecto esquivara a su depredador en el aire. Casi
todos estos ataques eran coronados por el éxito.
Los primillas se
mostraban confiados esperándome a que les lanzara su “maná” con que alimentar a
ellos y a sus crías. Y ya he dicho cómo, viéndose acosados estos insectos, no
dudan en morder a quien los intenta capturar, como he tenido ocasión de comprobar
al experimentar en mis carnes la fuerza de sus poderosas mandíbulas.
2.-Grandes
langostas y grillos de matorral
En el capítulo
dedicado a “Los Invertebrados de la Estepa”, del volumen tercero de la Enciclopedia Salvat de la Fauna Ibérica y
Europea, de Félix Rodríguez de la Fuente, se hace mención a las plagas de
grandes ortópteros que cada cierto tiempo asolan, o asolaban dado el control a
que se someten actualmente, determinadas zonas de España donde ciertas especies
crían de forma endémica.
En particular, la
langosta mediterránea (Dociostaurus
maroccanus) puede llegar a alcanzar concentraciones enormes en aquellos
años en que se dan determinadas condiciones climáticas (años secos que suceden
a otros lluviosos), en que estos insectos se concentran en tan grandes
cantidades que constituyen auténticas plagas para los cultivos. En efecto,
estos ortópteros presentan dos fases, la llamada fase solitaria, caracterizada
por su menor tamaño y su carácter más disperso, y la fase gregaria, en que una
serie de cambios hormonales motivados por la concentración numérica, los lleva
a aumentar significativamente de tamaño y a juntarse en bandos voladores que
arrasan cuanto atraviesan.
Existen zonas
concretas donde estas langostas tienden a ser endémicas, donde se reproducen
más o menos permanentemente. En la Península tenemos la zona de Monegros, el
valle de Alcudia en Ciudad Real, algunas zonas de Córdoba como Hinojosa del
Duque, y en Extremadura la comarca de La Serena y los Llanos de
Cáceres-Trujillo.
Otras especies presentan
esta dualidad fásica, como la Locusta migratoria.
Sin embargo, la
especie que ahora nos ocupa no pertenece a este tipo de langostas, sino a los
llamados grillos de matorral.
En efecto, dentro
de los ortópteros debemos diferenciar los verdaderos saltamontes o langostas,
de los llamados grillos de matorral.
Siguiendo a
Michael Chinery, los primeros, es decir, las langostas o verdaderos
saltamontes, pertenecen a la familia de los acrídidos (que englobarían entre
otras, las dos especies citdas, Locusta
migratoria y Dociostaurus maroccanus),
caracterizados por sus cortas antenas, por el órgano de desove, ovopositor,
pequeño y, algunas especies, como las verdaderas langostas de las especies que
acabamos de citar, por la dualidad de
fases, solitaria y gregaria.
Los segundos se
engloban en la familia de los tettigónidos, llamados también saltamontes o
grillos de matorral, saltamontes y langostas verdes, saltamontes longicornios,
debido a sus larguísimas antenas (en esto se diferencian de los acrídidos, que
las tienen cortas), e igualmente caracterizados por el gran órgano ovopositor
de las hembras, largo y claramente
visible, a diferencia de los acrídidos que lo tienen pequeño y oculto.
Entre estos
destaca el llamado Gran Saltamontes o Langosta Verde (Tettigonia viridissima) y varios otros grillos de matorral típicos
del sur de Europa, como la chicharra alicorta (Ephippiger ephippiger) y especies similares, de color verdoso o
pardo, que viven en vegetación formada por arbustos bajos y emplean sus cortas
alas para emitir su peculiar sonido. También típico de Europa meridional es el
llamado Decticus albifrons, que llega
a tener una envergadura alar de hasta diez centímetros, una constitución
robusta y una gran capacidad de vuelo, que utiliza especialmente cuando se ve
perturbado.
Tettigonia viridissima: hembra. |
Tettigonia viridissima: hembra. |
Ejemplar marrón de Tettigonia viridissima. |
Ephifiger ephifiger: macho de chicharra alicorta. Obsérvese la ausencia de órgano ovopositor. |
Para mi sorpresa,
el espectáculo que anteriormente he descrito y que se repite todos los años,
con mayor o menor intensidad, en cualquier zona esteparia de Extremadura, pero
especialmente en “puntos calientes” como los anteriormente señalados, no estaba
protagonizado por ninguna langosta de la familia de los acrídidos en fase
gregaria, sino por el gran grillo de matorral a que acabamos de aludir: Decticus albifrons.
Impresiona ciertamente el aspecto de esta gran langosta, por su gran tamaño y por su aspecto, incluidos sus ojos, sus robustas mandíbulas y su mirada, no exenta de una cierta fiereza.Grillo de matorral macho (auséncia de órgano ovopositor) |
Otro macho. |
Macho a la sombra de una retama. |
Macho de decticus albifrons. |
Hembra. Obsérvese el órgano ovopositor. |
En esta fase y las dos anteriores: Decticus albifrons en fase temprana de desarrollo |
3.-Breves Notas
de campo
En este apartado
veremos algunas imágenes de estos insectos en su medio natural. Recordemos que
estos insectos llegan a ser especialmente abundantes en determinados puntos muy
concretos, si bien una vez llegada la época de su apogeo pueden verse por todas
partes. Ya hemos dicho que son excelentes voladores y que, a poco que nos
acerquemos a uno de estos ortópteros, emprenderá el vuelo rapidamente, lo cual
no es de extrañar dada la auténtica legión de depredadores que los persiguen y
capturan entre la hierba o en el aire al vuelo. Una vez capturados, no dudan en
defenderse mordiendo, si bien su mordedura, aunque dolorosa para quien intente
capturarlos, de poco les vale frente a sus depredadores naturales.
Sobre su dieta
hay que destacar que no sólo es vegetariana, sino que además devora a otros
insectos e, incluso, lo que he tenido ocasión de comprobar repetidamente,
devora, con sus poderosas mandíbulas, los cadáveres de sus congéneres y carne
de animales muertos.
En efecto, cuando
la abundancia de estos insectos es más espectacular, mueren atropellados en
gran número en las carreteras, momento en que otros individuos se acercan para
devorar a sus desafortunados compañeros, aun a riesgo de, ellos también,
perecer atropellados o devorados por los depredadores, especialmente los
milanos negros que aprovechan estos momentos de especial vulnerabilidad y
visibilidad para hacer en ellos presa fácil.
Grillo de matorral devora individuo atropellado de su misma especie. |
Devorando congénere muerto. |
No resulta
infrecuente que, en años de gran abundancia, y en los momentos en que hay mayor
número de estos tetigónidos, acaben “invadiendo” los pueblos y ciudades e introduciéndose
en las casas. Serán entonces los depredadores urbanos, especialmente autillos,
mochuelos y primillas, los que den buena cuenta de ellos.
Decticus albifrons emite un sonido monótono al frotar
sus élitros, muy característico y sonoro que, sin llegar a lo llamativo del
canto del grillo campestre, llega a ser también característico de los
atardeceres de las zonas estepáridas, urbanas o no, de muchos núcleos de
población extremeños.
4.-Su
importancia ornitológica en el ecosistema
Ya hemos hecho
referencia a la gran cantidad de depredadores alados que estos ortópteros han
de soportar. Aquí nos referiremos a algunos de ellos.
Cigüeña blanca
(Ciconia ciconia)
Llegado Junio y
Julio, la cigüeña blanca se convierte en una formidable cazadora de langostas.
En zonas donde estos insectos abundan las cigueñas se agrupan en bandos
numerosos, de hasta varias docenas de ejemplares, que literalmente van
barriendo o peinando los campos. He tenido la oportunidad de contemplar,
después, las cebas de estas aves en los nidos, por ejemplo, que existen en la
Torre del Alfiler de Trujillo, y presenciar el espectáculo asombroso de un
adulto regurgitando decenas y decenas de estos ortópteros, ávidamente devorados
por sus pollos.
Cigueña blanca ceba a sus crías. Frecuentemente estas cebas consisten en decenas de ortópteros. |
Cernícalos vulgar
y primilla (Falco tinnunculus y Falco naumanni)
Si las cigueñas
se tornan grandes cazadoras de langostas, en mayor medida estos dos falcónidos,
tan estrechamente emparentados entre sí, son verdaderos expertos en su captura,
especialmente el segundo, consumado especialista en una presa para la que
parece especialmente dotado y preparado, hasta el punto de que he tenido
siempre la sensación que los primillas “hacen coincidir” el final de la cría y
la emancipación de sus pollos con la explosión de las langostas a finales de
Junio y en Julio.
Las capturas son
especialmente espectaculares, dado que el falcónido captura a su presa a menudo
en vuelo, tras levantarla del matorral donde se oculta, por medio de
espectaculares picados y piruetas. Resulta, incluso, relativamente fácil
observar estos lances si, con un poco de paciencia, se consigue un cierto
número de estos insectos y se lanzan a volar cerca de una colonia de primillas
cuando los adultos han terminado de cebar. Al poco tiempo acabarán
acostumbrándose a nuestra presencia y se mostrarán especialmente confiados,
como he tenido ocasión de comprobar. Los lances se repetirán una y otra vez a
muy corta distancia y podremos gozar de un espectáculo natural de gran belleza.
Resulta curioso
como las mayores concentraciones de esta especie (Falco naumanni) tienen lugar
en zonas estepáridas donde los grandes ortópteros son especialmente abundantes,
dando la impresión que la diferenciación de esta especie respecto de su cercano
pariente Falco tinnunculus, más generalista aunque en zonas mediterráneas no
desdeña tampoco la dieta insectívora,
pudo venir dada por la superespecialización del primilla en una presa
especialmente abundante y poco resistente, lo que debió dar lugar a grandes
concentraciones de cernícalos que tuvieron que desarrollar pautas de
comportamiento más gregarias en la cría y en la búsqueda de alimento, con una
coloración más llamativa y un aparato de agarre menos robusto que su pariente.
Así, hay que destacar las grandes colonias que, en Extremadura, observamos en
zonas propicias para estos ortópteros como Cáceres, Trujillo, Almendralejo o La
Puebla de Alcocer, entre otros lugares.
Buena prueba de
este gregario comportamiento la tenemos en el hecho de que en determinados
puntos favorables los cernícalos vulgares han desarrollado estas pautas
tolerantes de sus congéneres, registrándose colonias más o menos numerosas de
Falco tinnunculus, con un comportamiento totalmente análogo al de los
primillas, en algunas zonas del Sur de Europa. Así, Marcos Lacasa (2011),
describe con detalle esta circunstancia en el acantilado de Montjuich.
La importancia de
estos tetigónidos en la alimentación de estos pequeños halcones queda también
de manifiesto mediante un examen de sus egagrópilas, donde encontraremos gran
número de las fuertes e inconfundibles mandíbulas de estos ortópteros.
Macho de cernícalo vulgar. |
En esta imagen y la anterior: dos jóvenes primillas se disputan ortóptero. |
Ceba con Decticus albifrons. |
El joven termina por engullir entero este grillo de matorral. |
Joven volandero |
Macho se cierne un instante antes de cebar. |
Hembra llegando al nido. En este caso porta ejemplar de Tettigonia viridissima. |
Hembra picotea su presa antes de lanzarse en picado hasta el nido: en este caso un ejemplar de Tettigonia viridissima. |
Carraca (Coracias
glandarius)
También la
carraca aprovecha la sobreabundancia de ortópteros. En el “punto caliente” de
Los Llanos de Cáceres crían en las cajas-nido colocadas en los postes de
teléfono situados a ambos lados de la carretera, circunstancia ésta que ha
favorecido la población local. Durante Julio y parte de Agosto no es difícil
verlas posadas en los postes de las cercas capturando estos grandes insectos, o
lanzándose desde los postes donde se encuentran las cajas nido entre la hierba
para cazarlos, siendo fáciles de observar los ejemplares juveniles, de
tonalidades menos llamativas que los adultos, en sus primeros lances de caza.
Carraca (Coracias garrulus): con frecuencia devora grandes y pequeños ortópteros. |
Carraca: otro de los comensales del festín de la eclosión de grandes ortópteros, luciendo sus bellas galas. |
Joven carraca acaba de capturar ortóptero en vuelo. |
Juvenil de carraca. |
Aguilucho cenizo
(Cyrcus pigargus)
Es una de las
rapaces más abundantes en toda la zona, tanto en Los Llanos de Cáceres, como de
Trujillo. Su dieta se transforma también durante ésta época, y no es
infrecuente verlos cazando estos “langostos” entre la hierba a ambos lados de
las carreteras. Tampoco es infrecuente que se concentren en torno a las
máquinas cosechadoras que siegan la hierba, juntamente con otras especies como
los cernícalos o las cigueñas. En Julio y Agosto los jóvenes inician su
dispersión, siendo entonces posible encontrar aguiluchos de todas las libreas
(machos, hembras adultas y juveniles) e incluso los raros e increíbles individuos de plumaje oscuro, casi negro.
Aguilucho cenizo melánico sobrevuela los llanos de Belén, cerca de Trujillo. A principios del verano los grandes ortópteros constituyen parte importante de su dieta. |
Ejemplares juveniles de aguilucho cenizo (Circus pygargus) |
En esta imagen y en la anterior: macho adulto. |
Hembra adulta. |
En esta imagen y la anterior: macho adulto en vuelo. |
Milanos negro
(Milvus migrans) y real (Milvus milvus)
Ambas especies,
pero especialmente el primero, el milano negro, son aquí especialmente
abundantes. Como buen oportunista, esta especie aprovecha ahora este recurso
fácil y abundante, pudiendo observarse facilmente grandes concentraciones a los
lados de las carreteras, alimentándose de las langostas que se posan en el
asfalto, muy vulnerables a cualquier depredador al encontrarse al descubierto, y
especialmente de las que han quedado allí atropelladas por los automóviles, o
las que acuden a devorar a estas últimas. En todos estos casos, los milanos,
especialmente el negro pero también el real, puede ser observado dando pasadas
sobre el asfalto atrapando alguna langosta con sus garras para devorarla en el
aire.
Juvenil |
Juvenil. |
Milano negro. |
Milano negro. |
Milano real (Milvus milvus). No tan abundante como su congénere, también el milano real se apunta al festín de la estepa. |
Milano real devorando insecto en vuelo. |
Dando el quiebro antes de dejarse caer en picado hacia cualquier gran insecto. |
Ratonero común
(Buteo buteo)
Incluso el
ratonero común no resiste la tentación de situarse en zonas próximas a las
carreteras o tierras recién segadas, para capturar cuantos ortópteros pueda
atrapar.
Hay que destacar
que, en las proximidades de Trujillo, cerca de la zona de Aldea del Obispo, muy
próximo a las zonas donde más ortópteros pude observar, fue avistado en la Primavera de 2010 un ejemplar de Buteo
rufinus.
Hasta el ratonero común (Buteo buteo) se apunta al banquete. |
Ratonero común en un poste de la luz. |
Rapaces nocturnas
No menos
importantes son las especies de rapaces nocturnas que hacen de este ortóptero
el punto central de su dieta durante esta época. Además de la lechuza común
(Tyto alba), destacan por su dieta entomófaga el mochuelo europeo (Athene
noctua) y el autillo (Otus scops), especies todas estas fáciles de ver u oir en
medios antropógenos como los pueblos y ciudades de Extremadura.
Mochuelo europeo (Athene noctua): en verano su dieta es marcadamente insectívora, especialmente centrada en grandes ortópteros. Otra rapaz muy abundante en la estepa. |
Mochuelo europeo (Athene noctua) |
5.-Concluyendo
De todo lo que
hemos ido exponiendo podemos concluir que nos hallamos ante un recurso
alimenticio de primer orden e importancia en la cadena trófica del área
esteparia en Extremadura y otras zonas de la Península.
En efecto, Decticus albifrons, así como las
langostas Dociostaurus maroccanus, Locusta migratoria, Anacridium aegyptium, etc, cumplen un papel
fundamental en la alimentación de gran número de especies de aves, en un momento
de su etapa reproductora especialmente sensible, por hallarse los jóvenes en
período de crecimiento, aprendizaje y dispersión, siendo especialmente importante que una
abundancia de alimento permita una elevada tasa de sobrevivencia juvenil.
De ahí su
importancia en un ecosistema especialmente frágil si llegaran a aplicarse
ciertas medidas agrícolas de cultivo intensivo que podrían dar al traste con su
biodiversidad.
Cogujada común (Galerida cristata), tras capturar ortóptero. |
En esta imagen y la anterior: gorrión moruno (Passer hispaniolensis), más campestre que el gorrión común pero muy abundante fuera de pueblos y ciudades. |
Hasta esta ave tipicamente esteparia, de canto típico y característico, pese a su nombre, preda sobre pequeños ortópteros en la época de cría: triguero (Miliaria calandria). |
BIBLIOGRAFÍA
-Michael Chinery, 1988. Guía de Campo de los Insectos de España y de Europa. Ediciones Omega. Barcelona.
-Patrice Leraut, 2007. Insectos de España y Europa. Lynx Edicions. Barcelona.
Un documento impresionante. Digno de una publicación a la altura de las más conocidas.
ResponderEliminarTal vez en el texto que hay sobre la fotografía de la cogujada común, querías poner agricultura intensiva, en luegar de extensiva. Como observación.
Una vez más, para quitarse el sombrero.
Un saludo.
Alberto Villares
Gracias Alberto, la verdad es que es un espectáculo digno de verse... sobrecoge esta sobreabundancia de grandes ortópteros y el ruido-murmullo que hacen al moverse entre la vegetación...
ResponderEliminarPor cierto, tienes razón, lo correcto es intensiva...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, enhorabuena, interesantes apuntes. Sólo un detalle, la chicharra en realidad es Platystolus martinezii y no Ephippiger ephippiger, esta última no está en la P.ibérica. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y corrección. En cuanto pueda corrijo el nombre científico de la chicharra.
EliminarSaludos.